domingo, 29 de marzo de 2020

Noviembre, de Sergio Briceño

Se aproxima noviembre

con sus manos rugosas



Confina a las ancianas

en bodegas y baños



Crispa la piel



Se mete entre las sábanas

buscando congelar





Veo su cabeza pálida

más allá del tejado



Induce a la fricción

o al desamparo




Desciende vaporoso

en las casuchas

y cimbra las ventanas



Se estrechan las horas en noviembre



Se fecunda a las hembras



Se acumulan vituallas



Se bebe más



Por estas fechas

las noches sobre un témpano



Se corrigen 

las vestiduras

femeninas

y el mar se vuelve cálido


En el agua hay pereza

focos de calor en los regazos



El aire se hace denso

y parece quebrarse



Los árboles se enroscan



Busca la cobija

de un aliento amoroso



Coloca más cortinas



Por este mes

se conoce la muerte

su primera señal



Cesa el cariño

aumenta la pasión



Festones invisibles

ocultan las auroras



Cala pensar



Los insectos se adentran

en la tierra

y un polvo helado anida en la nariz



Los gatos buscan mimbre



Los muchachos más carne



Brota de los sepulcros

un aroma de incienso

y la manada humana

se pierde en madrigueras



Noviembre brilla en las pirámides



Empaña los cristales


Zurce el telón oscuro

de la Melancolía.









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